Sin su madre, Punpun sigue viviendo solo en su apartamento. Un día, al dejar su trabajo a tiempo parcial, ve a Aiko en la estación de tren y alquila un apartamento en ese pueblo para conquistarla. Se hace amigo del casero, quien lo lleva a un bar una noche, donde Punpun se reencuentra con un viejo conocido que quiere comprar su talento creativo.