En El Dormilón 1 conocimos un mundo devastado, y en particular, una comunidad refugiada en un edificio, que mientras se las ingeniaba para sobrevivir debía resolver un extraño suceso. La Caravana nos lleva de regreso a ese grupo de personas, en el momento exacto donde entienden que la única posibilidad de seguir vivos, es arriesgando la vida fuera de aquella mole de cemento. En El Dormilón 2, este paisaje postapocalíptico en que se ha transformado el mundo, el edificio ya no es un refugio: sus recursos se han agotado. Para sobrevivir, sus habitantes deben salir y ponerse en marcha. Pero eso significa enfrentar a los madmaxes, a caníbales hambrientos y a los múltiples peligros que acechan en las rutas desiertas.